domingo, 5 de octubre de 2008

Color de ojos.

Título: Ojos.

Autor: *Runa*.

Género: Comedia/Romance.

Aclaraciones: One-shot original. Los personajes son míos y de nadie más.



Andrea ya estaba oficialmente harta. ¡No estaba enamorada! ¡Y menos aún de Fernando!

-¡Que testaruda eres! –le recriminó Flor. Estaban reunidas las cuatro amigas que, según Andrea, eran las cuatro mosqueteras.

-No soy testaruda –se defendió Andrea-. Sólo soy…

-¿Terca? –la interrumpió Raina, sonriendo.

-¿Obstinada? –inquirió Carla con sorna.

-¿Cabeza dura? –agregó Flor, aguantándose la risa.

-Sólo soy persistente –repuso la muchacha, testaruda como ella sola.

Sus amigas alzaron los ojos al cielo. Hacía un buen tiempo que Andrea estaba enamorada de Fernando, pero su obstinado cerebro se rehusaba a admitirlo.

-Hay una manera muy simple de saber si él está tan enamorado de ti como tú de él –afirmó Carla. Andrea puso atención casi al instante.

-¿Ah, sí? ¿Cómo? –preguntó la joven, traicionándose.

-¡Ja! ¡Lo sabía!-. Flor había saltado de su asiento y ahora apuntaba a la rubia con el dedo-. ¡Admitiste estar enamorada de él!

-¿Q-qué? ¡No!-. La cara de Andrea enrojeció notoriamente.

-No lo negaste –dijo Raina, sonriendo con picardía. Andrea abrió la boca para protestar, pero la cerró casi al instante. Ella sola se había echado de cabeza, no podía quejarse esta vez.

-Sólo di que piensas hacer –pidió la chica, enfurruñada en su asiento.

-Ya lo verás, pequeña saltamontes –le dijo Carla, poniendo énfasis en las dos últimas palabras. Andrea le lanzó una almohada.

Un Rato más tarde, Fernando tocaba el timbre de la casa de Flor. Estaba levemente extrañado, pues no se esperaba que lo llamaran tan de improviso. Carla y Raina le abrieron la puerta, y lo guiaron a la sala de estar. En ella estaban sentadas Flor y Andrea, esta última con los ojos vendados.

-Fernando, necesito vendarte los ojos –le explicó Carla, mirándolo fijamente a los ojos. El chico la observó receloso.

-¿Para qué?

-Sólo hazlo –indicó Flor.

-Ehm… ok –aceptó Fernando, cuyo instinto decía que tenía que salir huyendo. Las tres amigas de Andrea sonrieron y Raina se dispuso a taparle los ojos al chico.

Después de tener a ambos con los ojos vendados, Carla empezó a hablar.

-Fernando, ¿de qué color son los ojos de Andrea?

-Eh… no estoy seguro, creo que son grisáceos. No sé bien.

-Andrea, ¿de qué color son los ojos de Fernando?

-Tampoco estoy segura. Sólo sé que son oscuros.

Las otras tres jóvenes se miraron sonrientes y Carla les quitó las vendas. Andrea y Fernando se miraron, comprobando el color de ojos del otro y, al preguntar el chico por qué se hizo tanto teatro, Carla se limitó a responder:

-Cuando te enamoras de alguien, olvidas el color de sus ojos-. Andrea y Fernando se quedaron mudos y enrojecieron.

Euforia.

Título: Euforia.

Autor: *Runa*.

Género: Comedia.

Aclaraciones: One-shot original. Todos los personajes y la trama son de mi completa autoría.



Saltaba encima de su cama, entonando la canción a voz en cuello. Los estruendosos versos de “Best Friend” retumbaban por la casa casi vacía.

Andrea no cabía en sí de alegría. ¡Fernando y esa chica habían terminado! Claro, después de tres meses "nada" muerta de celos, esta noticia era la mejor del mundo. Pero en esta ocasión, la joven se había guardado muy bien su opinión.

A sus dieciséis años, Andrea seguía siendo una niña. Esa tremenda euforia, a causa del sufrimiento de su amigo, era una actitud infantil y ella lo sabía. Pero, ¿no tenía derecho, después de meses verde de celos, para alegrarse con semejante noticia? ¿No podía ser infantil, aunque sea en su habitación?

El sonido incesante del celular era ahogado por la voz desafinada de Andrea y el volumen de la radio, por lo que la chica no se dio cuenta de las tres llamadas perdidas hasta que…

-¡Andrea! ¡Ábreme la puerta!

… la voz de Fernando se hizo oír por encima del bullicio. Andrea se quedó quieta, muda y bastante ruborizada.

-¡Sé que estás ahí!-. La voz del chico sonaba molesta. Mala señal.

-¡Fer! –gritó Andrea asomándose por la ventana de su cuarto, en la planta alta. -¡¿Qué pasa?!

-¡¿Me puedes abrir la puerta?! –exclamó Fernando. La chica hizo un gesto afirmativo con la cabeza y cerró la ventana.

Ella bajó las escaleras a la volada, pero se detuvo frente al espejo del recibidor. Su cabello rubio estaba completamente despeinado y los ojos grises más brillantes que nunca. La cara estaba totalmente roja, dando a entender lo acalorada que estaba.

-Hola Fer –saludó la joven al abrir la puerta. Fernando hizo una mueca burlona al ver el aspecto de su amiga.

-¿Por qué no contestabas el celular? Me preocupé –la regañó el chico. Ella se sonrojó aún más.

-Es que… -. El cerebro de la rubia trabajaba a mil por hora, y aún así no encontraba excusas.-Es que… no lo oí.

Mala excusa, terriblemente mala, pero Fernando se la creyó.

-Mmm… ok. ¿Te molestaría si hablamos de Clarisse?

-¿De tu ex novia? ¿Por qué?

-Porque necesito desahogarme con alguien-. Andrea suspiró y con su mejor sonrisa se dispuso a escuchar a su amigo, claro está, escondiendo su euforia.